A Tot Vapor – Terry Pratchett (432 pàgines)
Au, ja està, ja m’he llegit tots els llibres de Mundodisco! Ja no té sentit la meva vida? Mmmm si que en té, algú ha de cuidar de Pons’s Blog… Aquest es l’últim llibre de la saga de la revolució Industrial dels quals els seus últims tres llibres coincideixen amb la saga Moist von Lipwig, en total serien cinc i cadascun està protagonitzat per algun invent revolucionari que canvia la societat: Imágenes en acción (el cinema), La verdad (La premsa), Cartas en el asunto (El sistema postal), Dinero a mansalva (El sistema bancari) i A Todo Vapor (El ferrocarril). En aquesta quarantena novel·la de Mundodisco un enginyer espavilat aplica la màquina de vapor per fer una locomotora, veient els canvis que aquesta tecnologia comportarà el Patrici envia el seu “home per a tot” Moist von Lipwig a fer-se càrrec de la companyia de ferrocarril.
La primera part del llibre tracta sobre les dificultats d’introduir una tecnologia nova en una societat existent, més tots els problemes tècnics de la construcció i desenvolupament de la tecnologia en si mateixa, en la segona part el conflicte subjacent amb una certa comunitat serà el catalitzador per impulsar la propaganda final que el ferrocarril realment tampoc necessitava i dotar de més acció una trama ja prou activa però sempre va bé com a excusa per fer aparèixer cameos dels nostres personatges preferits. La temàtica subjacent de la novel·la es el racisme i la por de la societat als canvis, una mica el que sempre toca aquesta saga de la revolució industrial. Dintre dels Pratchett es dels normalets, això vol dir que dintre de les novel·les de fantasia en general es de lo millor que et pots trobar. No té nota al imdb ni al filmaffinity perquè això es un llibre coi!
Així són els trasgos:
Del Crepúsculo la Oscuridad se encogió de hombros como solo podía hacerlo un trasgo. El efecto visual era el de un paquete de serpientes bailando.
Adora Belle bajó la vista para contemplar un rostro que solo un batallón de madres frenéticas podría amar.
Així es el patrici:
Yo, señor Mustachen, soy un patrono sumamente ejemplar y comprensivo. Lo demuestra la circunstancia de que su cabeza todavía repose bien visible sobre sus hombros, a pesar de que podría estar en, bueno, en tantísimos otros lugares, ya me entiende.
—¿Qué sabemos del señor Stibbings? ¿Es alguna clase de experto en inmoralidad?
—¿El de Gravilla Suelta, milord? Sé de buena tinta que tiene una amante muy joven, señor. Una señorita que antes trabajaba en el Conejito Rosa, donde estaba muy bien considerada, creo.
—¿En serio? Todo un experto, pues. —Vetinari suspiró y continuó—: Aunque por supuesto, no creo atribución mía supervisar la vida privada de mi pueblo.
—Milord —señaló Drumknott—, como tirano eso es exactamente lo que hacéis.
Vetinari le dedicó una mirada que no llegaba a emplear una ceja alzada pero que daba a entender que podía llegar a darse si el receptor de la mirada forzaba su suerte.
Un tal capitán Pendiente está muy preocupado por los gases nocivos que rodearán las vías de tren. —Lord Vetinari cerró el periódico de golpe y exclamó—: El pueblo de Ankh-Morpork ya está acostumbrado a los gases nocivos. Son su derecho de nacimiento. No solo están acostumbrados, sino que insisten discretamente en emitir más.
Cuando eche mano usted de un periódico quizá repare en una pequeña disculpa firmada por el director del Times en la que explica que se ha eliminado el crucigrama, ya que la autora se toma una temporada de descanso motivada por las presiones que supone mantener un estándar de pasatiempos resolubles pero aun así lo bastante exigentes. Por supuesto, tengo por norma no regodearme, pero me temo que esa mujer ha encontrado la horma de su zapato. Encargaré a Drumknott que le haga llegar una caja de bombones, de parte de un admirador secreto. ¡Al fin y al cabo, soy generoso en la victoria!
—Tengo que preguntárselo, señor. ¿Por qué hay que hacerlo así? Vetinari sonrió.
—¿Sabe guardar un secreto, señor Mustachen?
—Ya lo creo, señor. He guardado muchos.
—Fantástico. La cuestión es que yo también. No necesita saber por qué.
Així són les notes a peu de pàgina:
El término «aliciente» exige que la persona que lo pide se frote el índice y el pulgar con picardía, usted ya me entiende, jefe.
Així són les descripcions:
Cuando llegaron a la terminal de Quirm, los recibió la forma extremadamente grande del sargento Detritus de la Guardia de la Ciudad de Ankh-Morpork, que montaba guardia ante la Traviesa de Hierro blandiendo su Pedacificador, un arma que, por decirlo de alguna manera, funcionaba al por mayor.
El castillo de lady Margolotta tenía algo de inevitable. Cuando las grandes puertas de madera se abrían con lentitud, chirriaban todas las bisagras. Al fin y al cabo, había que cuidar las apariencias y la ambientación. ¿Qué clase de vampiro viviría en un castillo que no chirriase y crujiera cuando se esperaba?
Las plantas tropezadoras eran como las plantas rodadoras, solo que menos atléticas. Ese dato contiene todo lo que hace falta saber acerca de Slake.
Altres:
No se preocupe, señor Mustachen, tiene instrucciones expresas de no matarle… hoy. Húmedo tomó buena nota y se volvió para echar un último vistazo rápido a Disgusto, que inventó una mala cara nueva solo para él, un recordatorio de que había muchas, muchísimas cosas dolorosas que podían hacérsele a una persona sin llegar a matarla.
Slake era uno de esos lugares, pensó Húmedo, que se ponen en los mapas porque resulta embarazoso dejar huecos en blanco.
El señor Simnel ha dejado claro que, aunque es fácil lidiar con la estupidez, la imbecilidad profunda es dificilísima de eliminar. Me pregunto cuántos crímenes atroces se habrán perpetrado justo después de que una persona bienintencionada dijese ‘yo solo…’”.
Nota: 7/10